Jalo los últimos cordones de mi cordura para aferrarme a la realidad, negándome a caer en la locura que día a día reclama mi sanidad. Ya no hay medicina que frene esta esquizofrenia que avanza como una locomotora camino al infierno. Mis nervios colapsados hacen forzados intentos por captar la realidad, aunque mi entorno se vuelva mas y mas abstracto. Entendiendo cada vez menos la realidad que me rodea.
El sueño no viene y las paredes del cuarto se caen a pedazos sin saber que es real o que es un sueño. No se si la muerte toque a mis puertas para saldar cuentas por todas las veces que me he escapado de sus manos. Ella sabe que tiene el tiempo y la locura que me devoran a su favor... para ella es solo cuestión de tiempo que me rinda con el suicidio o que me de por vencido dejándome caer sobre sus brazos para acabar con esta fútil lucha.
tienes razon con lo de la cordura...
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