miércoles, 28 de septiembre de 2011

Una tarde


Te rogaría que me saques a rastras de mi desesperación,
que me regales un poco de felicidad en mi triste depresión.
Por que sin conocerte ya grito que te amo,
a pesar de la distancia lucho contra tu futuro olvido.

Aquí en medio de la nada las horas son largas
como esas interminables madrugadas
en las que ebrio de insomnio balbuceo tu nombre
llorando por ti en esta extraña costumbre.

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